Watsu… y constelaciones familiares

WATSU
La palabra reúne en sus dos sílabas el significado: WA (de “water”:agua), TSU (de “shiatsu”  milenario masaje japonés).
En su acepción más simple WATSU es: masaje shiatsu en el agua.

Esta vivencia se realiza en piscina de agua termal o en su defecto  en agua a temperatura termal (34 a 36 grados), esto tiene una razón muy importante, ya que esa temperatura, (la mas parecida a la del cuerpo humano) facilita la distensión muscular a niveles tales que a veces se pierde la sensación del cuerpo y la persona que recibe el watsu  ingresa en un estado  de profunda relajación, paz interior y completo bienestar.

Hay tantas vivencias como personas.

Para cada individuo la experiencia es completamente  diferente y muy personal.

Puede ir ,en el aspecto físico ,desde la relajación profunda, disolución de dolores musculares y alivio de dolores crónicos, hasta una experiencia de  paz y unidad, en el aspecto espiritual.

Watsu ejerce su efecto a nivel físico, emocional, síquico , energético y espiritual.

La experiencia de la unidad del cuerpo en los movimientos acuáticos, donde cuerpo y agua son una sola onda, una sola continuidad ; hace que esta vivencia nos conecte con la integridad de nuestro ser.

Los beneficios que las personas manifiestan haber sentido , entre otras muchas experiencias individuales , son: superar el miedo al agua, revivir el nacimiento “volver al útero”, sensación de energía recorriendo el cuerpo, elevación de la energía,
experiencias de conciencia ampliada.

La sesión dura aproximadamente una hora y media, donde quien recibe está siendo constantemente sostenido por el terapeuta.Este balancea, hace elongaciones, masajes  en los brazos ,piernas, espalda, cuello, cabeza, rostro, toques en puntos de energía ,pero básicamente, acompaña, sostiene ,acuna, contiene al receptor.
Muchos sentimientos y emociones se liberan a partir de esta experiencia, que el terapeuta debe contener amorosamente.

A la luz de “Constelaciones Familiares”, el proceso del «watsu» a través de la vivencia profunda del tiempo de gestación y nacimiento, les permite a las personas la posibilidad de rehacer los vínculos con la madre.

Restableciendo y sanando los lazos interrumpidos en una edad temprana por ausencia materna : enfermedad, muerte, viaje,incluye este caso el nacimiento por cesárea ( en términos de constelaciones se llama «movimiento de amor interrumpido») de una manera gentil y amorosa.

Sin ser esto una regresión ,es una integración en el presente de una  dolorosa y traumática protovivencia de separación.